El transporte marítimo es una de las formas en las que se presta gran atención al embalaje. No en vano se trata de un sector que ha sabido mejorar los métodos para evitar problemas. Las condiciones del mar requieren que las mercancías estén preparadas para el envío. No se trata solo de asegurarse de que lleguen allí, se trata de mantenerlos en perfectas condiciones.
Por ello, hay que tener en cuenta varias circunstancias:
Contaminación ambiental: Debe evitarse la exposición del producto al aire contaminado, especialmente en las habitaciones más contaminadas.
Movimiento repentino: Las olas pueden ser desestabilizadoras e incluso pueden hacer que la carga se vuelque si no se asegura adecuadamente.
Humedad: La exposición a la brisa marina puede acelerar la oxidación o corrosión de la carga si no está cubierta.
La temperatura: El mar es propenso a las fluctuaciones de temperatura desde el mínimo (noche) hasta el máximo (día).
Actualmente, se han desarrollado muchos métodos de protección para aislar el producto de condiciones anteriores. Por ello, es muy importante disponer de un sistema de embalaje estandarizado en la empresa y adaptarlo a las circunstancias.
Para tener en cuenta a la hora de preparar los envíos vía marítima.
En primer lugar, es necesario almacenar el producto en contenedores especiales. Los cuales tengan todos los estándares de garantía de calidad ISO y son extremadamente duraderos. Se utilizan para asegurar las mercancías durante el transporte y durante la carga y descarga.
Para combatir los efectos del clima y los cambios de temperatura, se utiliza aislamiento isotérmico. Es un tejido resistente hecho de material aislante que puede soportar las condiciones ambientales. Además, se recomienda utilizar embalajes de aluminio VCI para evitar la corrosión.
Para productos líquidos o en polvo, los gránulos deben elegir envases con antiséptico. La prioridad es evitar que el moho o las bacterias se propaguen por el contacto con otros materiales. Esto cobra aún más importancia cuando el producto contiene alimentos o líquidos destinados al consumo humano.
Finalmente, la rigidez juega un papel muy importante para garantizar la seguridad de las mercancías Las cintas de amarre, los cables de acero o los air bags juegan un papel fundamental en este sentido. Su propósito es evitar que la carga caiga al mar, así como evitar que se precipiten hacia el barco.
El embalaje es muy importante para el envío. Esta es la única forma de garantizar que el producto se entregue a tiempo en el destino. Sin duda, son clave para la rentabilidad de la industria.